emoji

ENVÍO GRATIS +10€

Adiós a la piernas de fresa y hola a la piel de terciopelo: una conversión muy sencilla

piernas de fresa

Adiós a la piernas de fresa y hola a la piel de terciopelo: una conversión muy sencilla

No se les llama piernas de fresa porque salgan a la luz en primavera. Ellas están todo el año, pero tú puedes erradicarlas cuando quieras.

Índice del artículo

Eso tuyo tiene un nombre: piernas de fresa

Cuando hablamos de piernas, no podríamos hacer una «clasificación». Las hay tan distintas como personas hay en el mundo.

Largas, cortas, gruesas, delgadas, flácidas, tonificadas, tatuadas hasta la médula, depiladas, sin depilar… existen muchos tipos y muchos de ellos conviven entre sí. Pero todos comparten una cosa en común: cualquier pierna puede sufrir el fenómeno denominado como «piernas de fresa».

Incluso sin saberlo. Puede que tú lo tengas y te acabes de enterar. Pero calma, que tampoco es nada grave, puedes estar tranquila. Simplemente se trata de una especie de afección que aparece por determinados hábitos o por tendencias naturales de la piel que no se corrigen. Lo bueno es que estamos aquí, y que tenemos toda la intención de ayudarte.

Antes, por eso, deja que te expliquemos claramente qué son las piernas de fresa:

Las piernas de fresa reciben este nombre por los puntos negros que presentan, que son similares a las semillas de una fresa; la piel está roja y cubierta por pequeñas «semillas» negras. Los puntos negros, realmente, son una obstrucción de los poros: la acumulación de grasa, bacterias o células muertas hace que se muestren con esa coloración tan peculiar. Normalmente aparecen después de la depilación, en el folículo piloso, aunque no tiene por qué ser siempre así. No es que sea algo doloroso, pero puede llegar a resultar bastante molesto. El problema de verdad viene cuando las células muertas, la grasa o las impurezas se depositan allí, cerrando el poro e impidiendo la correcta oxigenación de la piel. Eso, como podrás imaginar, puede derivar a otras consecuencias más graves.

Por eso es muy recomendable ponerle punto y final en cuanto las detectas. Así que démosle caña al tema para que puedas empezar cuanto antes.

En primer lugar, ¿qué provoca las piernas de fresa?

Depilación inadecuada

Una de las principales causas de las piernas de fresa es una mala depilación o una mala higiene post-depilación. Por ejemplo, el uso de máquinas de afeitar o gillettes para depilarse son una opción muy confortable y rápida, pero suelen causar irritación en la piel y facilitan la aparición de granos y puntos negros. Si sueles tirar de cuchilla, es importante que prestes atención tanto a la forma en que te manejas con ella como a los cuidados posteriores del cutis. Por no acabar leyéndote este artículo otra vez, vaya.

La piel seca

Es otro de los motivos de la aparición de las piernas de fresa. Cuando la piel está hidratada y equilibrada, hay una capa que se encarga de alejar los agentes invasores. Si, por el contrario, la piel está seca, esa protección natural no está presente, y entonces la piel se torna más vulnerable y los agentes externos penetran en ella con más facilidad, causando irritación y provocando erupciones en ella.

Foliculitis

Se suele usar el término «piernas de fresa» para sustituir el nombre de esta patología, pero la realidad es que no es un sinónimo, ya que uno forma parte del otro.

Sucede cuando se inflaman los folículos pilosos y se infectan, debido a la exposición a bacterias como el estafilococo, hongos e incluso pelos que se encarnan. Normalmente suele ocurrir después de afeitarte o depilarte las piernas.

Poros grandes

Si tienes la piel grasa, seguramente segregue más sebo de lo normal, lo que puede provocar una obstrucción de los poros. Las bacterias o las pieles muertas quedan atrapadas en la piel y, al estar en contacto con el aire, se oxidan y se vuelven oscuras.

Queratosis pilaris

Algunos cuerpos pueden producir más queratina de lo normal. En esos casos, es posible que se bloqueen los folículos pilosos y, por tanto, que acaben apareciendo los síntomas de las piernas de fresa.

Es tentador exprimir los puntos negros y sacarlos con las uñas, pero no lo hagas, puedes extender la infección.

Ya sé que tengo piernas de fresa, ¿qué hago ahora?

Ahora que tienes claro que sufres de piernas de fresa, vamos a hablarte de algunas opciones que pueden ayudarte a combatir sus efectos. Tanto naturales al 100% como naturales al 100% también pero sin necesidad de «fabricarlas» en casa. Si crees que las tienes así por la depilación, es importante que barajes la opción de cambiar de modalidad (siempre que tu situación te lo permita), haciendo uso, por ejemplo, de la fotodepilación o de la cera caliente.

Si no lo ves claro o simplemente prefieres seguir con tu cuchilla, adelante. Para eso te contamos lo siguiente. ¿Y sabes lo mejor? Que puedes combinar todas estas soluciones entre sí e ir variando de rutina hasta que encuentres la perfecta (o aprovechar los beneficios de todas ellas, que también es algo inteligente).

Exfoliación regular

Libera los pelos enquistados a la de ya. Exfoliarte las piernas sirve para eliminar las células muertas y la suciedad de la piel, además de ayudar a desobstruir los poros y facilitar el crecimiento del vello nuevo. Por si eso fuera poco, la exfoliación también estimula la circulación de la sangre, es por eso que se considera un anticelulítico natural, ya que hace un drenaje linfático. Y convertirlo en un hábito agradable no resulta nada difícil con exfoliantes que conquisten tus sentidos. Así, repetirla dos veces por semana como dicta el manual anti piernas de fresa, es pan comido.

La hidratación es fundamental

Cuando el cutis está seco, la aparición de puntos negros, erupciones o pelos enquistados es mucho más visible, por lo que es necesario aplicarte crema hidratante unas o dos veces al día (una por la mañana y otra por la noche). Así lograrás ablandar la piel, dejarla suave y brillante y fomentar que el vello empuje hacia afuera.

Bicarbonato de sodio y aceite de coco

Mezcla una cucharadita de bicarbonato con 2 de aceite de coco (si tu piel es muy sensible, añade más aceite de coco). Mezcla hasta que esté un poquito espeso. Masajéate las piernas con suavidad y deja reposar el producto unos minutos. Por último, retira la pasta con agua tibia. Puedes repetir este procedimiento dos veces por semana.

Revisar las hojas de la cuchilla

La mejor manera de evitar los puntos negros es no depilarse con afeitadora o cuchilla, ya que facilitan la irritación y hacen que se enquisten los pelos. Si utilizas este método, debes comprobar que las hojas del artilugio en cuestión estén bien afiladas. También es importante no usar una que ya lleve mucho tiempo abierta, puesto que corta menos y eso conlleva que hagas más presión para seccionar el pelo y en lugar de ello te acabes seccionando un cachito de piel (que te cortas, vaya). Así que ten en mente siempre estos dos rituales cuando te depiles con esta opción:

    • Protocolo pre-depilación

Moja tus piernas con agua templada durante tres o cuatro minutos, para dilatar los poros. A continuación, exfóliate las piernas con un producto suave que no irrite la piel (así eliminaras las células muertas). Puedes hacerlo con el exfoliante de provence lemongrass  y azúcar de Organic Shop, que es muy suave y resultará muy agradable para tu piel. Para terminar, retira el exfoliante si no lo has hecho (con agua también templada), asegúrate que la cuchilla está limpia y depílate siguiendo la misma dirección en la que crece el vello (no a contrapelo).

    • Protocolo post-depilación

Una vez hayas acabado de depilarte, pásate por tus piernas una manopla exfoliante o una esponja semi-rugosa, con el objetivo de eliminar cualquier residuo que pudiera infectar los poros. Después puedes limpiar la piel usando un gel hidratante que calme y refresca la zona depilada. Aclárate con agua fría para cerrar los poros y, por último, hidrátate las piernas con un aceite nutritivo.

Avena, avena everywhere

Qué bien sienta hacerte un baño relajante, ¿verdad? Pues imagínate que, además, te sirva para decirle bye bye de las piernas de fresa. ¡Fantasía!

Llena la bañera de agua tibia y coloca dos tazas de avena molida dentro. Sumérgete dentro y deja que tu piel repose durante veinte minutos. Mientras descansas, agarra puños de avena y colócalos en tu piel, masajeándote, como si te estuvieras exfoliando. Como siempre, la cosa no acabará bien si no lo enguajas con agua tibia.

La fotodepilación

Aunque no sea la opción más recurrente, también existe y debes saber que está a tu disposición si tienes piernas de fresa. Se utiliza para eliminar los folículos pilosos que obstruyen los poros por debajo la piel. Al ser un método de depilación permanente no genera foliculitis, puesto que el pelo cae y desaparece para siempre.

¿Cuándo hacerlo? Durante el invierno. Es el momento ideal para empezar con este tratamiento ya que al tener menor pigmentación en la piel (en los casos de piel blanca, claro), se pueden emplear potencias de láser más elevadas y así aumentar la eficacia del proceso.

Ya ves que hay casi tantas opciones para tratar las piernas de fresa como tipos de piernas hay en el mundo. Para gustos, los exfoliantes. Porque si hay algo bueno que le podamos ver a sufrir esto, es que siempre te dará la oportunidad de rendir de placer a tus sentidos con la infinita variedad de aromas y texturas que hay para limpiar y regenerar la piel.

Si no lo haces, es porque no quieres. Porque motivos no te faltan, y beneficios tampoco. Ahora dinos, con sinceridad, ¿de verdad es posible oponerse?

Compartir

En Soyes utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarte contenido acorde a tus preferencia (Ver Política Cookies)