Exfoliante facial Piel limpia | Café mimi

«Julieta, ¿te falta mucho? ¡Te están esperando en la sala de cuidados faciales!»

Julieta bajó corriendo las escaleras y se fue derecha sin rechistar a una gran sala que había al lado de la entrada, como adentrándose en la pared. Tenía todas las paredes pintadas de color rosa pastel y toda ella estaba decorada con plantas del amor. Esas plantas solo podían conseguirlas unos pocos, normalmente los más afortunados, crecían en bosques muy alejados de la gran ciudad y eran una especie muy difícil de cortar. Se decía de ellas que el que las tenía en su posesión viviría sintiéndose amado eternamente.

Julieta entró y se estiró en su pequeña y aterciopelada camilla de tratamientos. A los pocos segundos, aparecieron unas pequeñas mujercitas con vestidos de colores y alas a sus espaldas. Revoloteaban alrededor de Julieta echándole unos polvos brillantes por toda la cara, muy parecidos a la purpurina de los álbumes navideños. En menos de lo que dura un parpadeo, su rostro empezó a brillar de forma casi deslumbrante y un montón de pielecitas se despegaron de sus mejillas, frente y mentón, yéndose directos al cubo de las imperfecciones.

Todavía era una niña, no tenía ni idea de lo que le estaban haciendo, pero le parecía divertido. Decía que sentía como unas cosquillitas por toda la cara, «como si un montón de mariquitas me estuvieran masajeando».

Después salía de allí oliendo a rosas y dando saltos, ignorando que todo aquello no era más que un sueño.

Efectivamente. Un sueño es lo que estás teniendo si piensas que tu piel se cuida sola, y que esos granitos adorables desaparecen como por arte de magia.

Tranquila, sabemos que no vives en un cuento de hadas. Nosotros tampoco. Por eso existe este exfoliante facial que, bueno, no se aplica solito, pero no necesita ayuda para cumplir tus expectativas.

Lo que más nos gusta

• Digno de aparecer en una fábula: no hace magia, pero el 95% de sus ingredientes son de origen natural. Que, desde luego, es mucho más de lo que podrías soñar.
• Un mundo ideal: es el que podríamos conseguir si todos los envases que consumimos fuesen como el suyo. De plástico 100% reciclado y reciclable a su vez. Hecho para respetar todos los ecosistemas y universos posibles.
• Como un secreto bien guardado: porque lo que se mete en un recipiente tan hermético, no se escapa ni con la fuerza de mil criaturas sobrenaturales. Y, a decir verdad, este exfoliante podrías llevarlo contigo hasta si fueras a otro planeta. Y seguiría tus pasos sin derramar una sola gota.

Lo que nos enamora

• Polvo de hadas parece… exfoliante en crema es. Con una textura arcillosa propia de un salón de belleza. Y un fino granulado que masajea la piel a su paso.
• Efecto liberador que produce en el rostro en pocos minutos. Limpia en profundidad y exfolia suavemente; pelea con las bacterias y ayuda a reducir las erupciones de la piel.
• Dulce aroma que te arropa y te hace sentir como si estuvieras en la sala de cuidados faciales de Julieta. Sabemos que no has estado nunca, pero huele igual que este exfoliante.

Los culpables de su encanto

• Extracto de arcilla azul: es la protagonista de esta historia. Se encarga de limpiar, nutrir y revitalizar la piel apagada. Después de su acción, la piel queda limpia, suave y tonificada.
• Extracto de semillas de albaricoque: además de darle un toque dulzón al exfoliante, le atribuye propiedades antioxidantes que evitan que tu piel envejezca prematuramente.
• Extracto de salvia: ejerce una función antimicrobiana (es decir, que combate a los microbios malignos) y antiinflamatoria, ayudando a tu piel a reducir las erupciones cutáneas y normalizando la función de las glándulas sebáceas. O dicho de otro modo, regulando la producción de grasa.

¿Cómo usarlo?

Como si fuese la planta del amor de Julieta: un bien muy preciado. Esto te lo decimos porque los exfoliantes dan mucho de sí, y no necesitas grandes cantidades para lograr un buen resultado.

Sencillamente, aplícalo sobre la piel limpia y húmeda dando un masaje con las yemas de los dedos (no será como el de las mariquitas, pero seguro que sabrás hacerlo muy bien). Procura mantener ese movimiento circular sobre la piel mientras tengas el producto en ella, ya que su efectividad es especialmente alta al hacer contacto con ella.

Mantén ese merecido masaje durante 10 minutos y después acláralo bien con agua tibia.

Truco de la casa:

Procura hacer este ritual por la noche. Es el mejor momento para ello, puesto que ya no volverás a salir de casa y no volverás a exponer tu piel a la polución del mundo real. En una realidad mágica, esta se mantendría perfecta de forma casi natural (que nadie dice que no sea posible, cuidado), pero te aseguramos que si completas bien tus rituales y te acuestas después de usar el exfoliante -¡y aplicar tu crema hidratante!-, tu piel estará como salida de un cuento a la mañana siguiente. Pinkie promise.