Mascarilla facial extra-reafirmante | Natura Siberica

Seguro que alguna vez has jugado a «la cuna del gato».

Ya, nosotros tampoco sabíamos que se llamaba así. Es el clásico juego del hilo, ese en el que ponías un hilo o una cuerda alrededor de tu mano y empezabas a formar figuras entrelazando los dedos en ella.

La verdad, hay que reconocer que tenía su mérito hacerlo, porque a veces se te quedaba el dedo enganchado entre la cuerda y encima de perder la dignidad, te quedabas sin circulación.

Ahora bien, en cuanto has crecido te has hecho la número uno de ese juego. Sí, sí: lo practicas cada mañana con tu cara cuando empiezas a estirarla por todos lados. Eso sí, las formas no hace falta que las busques porque ya aparecen solas con las muecas de desagrado que haces.

Vamos a ver… que para hacerse una maestra del modelaje facial nunca es tarde, pero siempre puedes probar esta mascarilla extra-reafirmante de Natura Siberica y dejar los juegos para la sobremesa.

Lo que más nos gusta

• Activación natural: su composición está repleta de ingredientes activos orgánicos, entre los cuales destaca la acción de la Cladonia Nevada de recolección silvestre, la Rhodiola Rosea siberiana y la Caléndula orgánica.
• Con certeza: la de que es un producto orgánico y con una composición totalmente natural y en un 99% vegetal. Con productos así, dejar de lado los juegos de manos se hace mucho más fácil.
• ADN siberiano: hecha de plantas y flores silvestres provenientes de la naturaleza siberiana. Se recolectan a mano en su momento de máximo esplendor para que puedas aprovechar todos y cada uno de los beneficios que tienen.
• Aceites esenciales: su formulación está basada en ingredientes derivados del aceite de pino siberiano y aceites siberianos orgánicos que le proporcionan unas características inimitables. Además, no contiene ningún extracto alterado genéticamente… ¿necesitas más razones?

Lo que nos enamora

• La manera en la que transforma tu piel. Con una textura suave y cremosa, ejerce un efecto rejuvenecedor sobre la piel y la reafirma, levantando los rasgos faciales y redefiniendo los contornos.
• Sensación de suavidad y renovación desde que empiezas a usarla. Refuerza la piel, la protege y la deja lista para enfrentarse a un nuevo día.
• Aroma dulce muy suave que convierte este ritual en un momento muy agradable. Le da a tu piel ese punto acaramelado que tú le quitas cuando te da por rendida al desastre.
• El aspecto radiante que deja en la piel. La vigoriza y le aporta un brillo que la rejuvenece visiblemente.

Los culpables de su encanto

• Extracto de Cladonia Nevada: es un conocido adaptógeno con la capacidad de sobrevivir incluso en los inviernos siberianos más duros manteniéndose verde. Por eso es un ingrediente ideal para tratar las pieles maduras, ya que reafirma sus rasgos, las rejuvenece y acentúa los contornos faciales.
• Extracto de Rhodiola Rosea siberiana: es una de las plantas adaptógenas que mayor eficacia tiene en la protección de la piel. La mantiene a salvo del impacto de los agentes externos, dejándola suave y flexible.
• Extracto de Caléndula orgánica: refuerza la acción protectora de la Rhodiola Rosea y fortalece la piel, alisando las líneas de expresión y logrando una apariencia en la piel más firme, luminosa y joven.

¿Cómo usarla?

Tomándotela en serio, porque no es ningún juego y lo verás con sus efectos.

Aplica sobre la mano la cantidad equivalente a una avellana y frota con la otra mano. Verás que no necesitarás más para cubrir todo el rostro. Aplícala sobre la piel limpia y seca uniformemente y déjala actuar durante 15 minutos. Es importante que evites la zona de los ojos y de la boca, que por muy bien que funcione, para esas zonas ya existen otros productos.

Después, retírala con agua tibia hasta que no quede ni rastro (físico) de ella. Decimos físico porque el sensorial te acompañará durante el resto del día.

Puedes usarla hasta dos veces por semana.

Truco de la casa:

No apliques la mascarilla directamente sobre la piel sin trabajarla un poco. Frótala entre tus manos y aplícala cuando sientas que ya no está tan fría: eso favorecerá una mejor absorción.

A veces puede parecer una tontería, pero el movimiento de las manos influye mucho en cómo los productos inciden en nuestra piel, por eso es recomendable que lo hagas con movimientos circulares que estimulen, desde un principio, la circulación sanguínea.