Pasta de dientes Mineral de Kamchatka | Natura Siberica

La gente con problemas en las encías somos unos incomprendidos. Y nos tienen tremendamente limitados.

¿Por qué tenemos que escoger? ¡Si no tenemos elección! ¿Qué pasa, que si tenemos gingivitis ya perdemos todo el derecho a tener una boca bonita?

«Oiga, la vida es así. Usted no puede reclamar tanto protagonismo. Cuando decidió ser un (o una) sensibleras, ya decantó su balanza para un lado. Ahora no se queje. No se puede tener todo».

Más o menos esto es lo te vendría a decir el señor del laboratorio si le pidieras un dentífrico que sirviese para algo más que para desinflamarte las encías. Y tú le dirías: ¡pero si yo no he decidido nada! ¡Ha sido mi boca por mí!

Esto hay que pararlo ya. Y no hay mejor herramienta que este regalazo de Natura Siberica: una pasta de dientes de triple acción. Blanquea, protege y fortalece. ¡Bingo! Esto sí nos hace justicia.

Lo que más nos gusta

• Naturaleza por un tubo: literalmente. Porque la composición de todos los dentífricos de Natura Siberica está basada en ingredientes que provienen de la fría y virgen Siberia.
• Con confianza: la que sientes cuando los usas y la que te da saber que todas sus formulaciones tienen certificación orgánica. O lo que vendría siendo lo mismo, están creadas con materias primas de producción sostenible.
• Tiene alma benéfica: y es que la parte más importante de su producción reside en la recolección silvestre. Es llevada a cabo por tribus siberianas que conocen todas y cada una de las hierbas que participan de su potencial. Cuando consumes estas pastas de dientes, estás ayudando a una familia indígena a mantener una vida digna.

Lo que nos enamora

• Mejor que un tres en raya: un tres en acción. Tiene efecto blanqueante para los dientes con tono amarillento, mantiene las encías sanas y a salvo de la inflamación (¡bien!) y además refuerza el esmalte para que no pierda su brillo con el tiempo. ¿Es o no es un partidazo?
• Textura en gel que no irrita ni da grima al aplicarla. Limpia los dientes con delicadeza asegurando un resultado de apariencia muy saludable y atractiva.
• Aroma y sabor suavemente refrescantes. No es el típico frescor que te explota en la boca de forma descontrolada y casi te inhibe los sensores; simplemente le da una suave capa de alivio que deja un aliento fresco.

Los culpables de su encanto

• Agua termal de Kamchatka: es un potente estabilizador natural. ¿Qué hace? Ayuda a combatir la acidez incluso en grados elevados, mantiene un buen nivel de pH, reduce la inflamación de la lengua y las encías y previene las patologías bucales más comunes como el mal aliento, la placa o la caries.
• Extracto de Rhodiola Rosea de recolección silvestre: tiene efecto protector. Contribuye a que ningún cambio ambiental pueda afectar en la salud de la boca, evitando que las bacterias puedan hacer acto de presencia en ella.
• Calcio activo: bien sabrás que este es un mineral de vital importancia para la buena salud de los huesos, y que los dientes son parte de ellos. Con lo cual, no te extrañará saber que su aporte en esta pasta es tan necesario como relevante, pues fortalece la estructura de la mandíbula y endurece el esmalte.
• Extracto de perla: de la misma manera que ocurre con el calcio, este componente también es un pilar fundamental para asegurar la fortaleza de la estructura ósea – es decir, de los dientes -. Por si eso te parece poco, también previene y cura tanto gingivitis como periodontitis y, cómo no, blanquea los dientes intensamente – incluida la eliminación de manchas – y mantiene el blanqueamiento durante mucho tiempo.
• Extracto de ginseng orgánico: es un estupendo antioxidante cuya función principal es la de defender a tu boca. ¿De qué? De las bacterias, del deterioro por envejecimiento, de la debilitación del esmalte… ¿quieres más?
• Extracto de milenrama silvestre: ¿tienes tendencia a sufrir llagas? Pues bien, aquí una pequeña ayuda: esta planta salvaje es experta en acelerar el proceso de curación de llagas y aftas bucales. Tampoco decimos que sea una crema milagrosa, pero seguro que te ayuda a evitar esos mordiscos involuntarios tan dolorosos.

¿Cómo usarla?

Como cualquier otra pasta de dientes. El hecho de ser natural y brindarte unos efectos fantásticos no implica ninguna dificultad a la hora de incorporarla en tu día a día.

Aplica una pequeña cantidad sobre el cepillo de dientes (ya sea eléctrico o manual). No le añadas agua. Al contrario de lo que se suele creer, no es necesario emulsionarla para que sea efectiva. De hecho, más bien se produce el efecto contrario y, además, te deja la boca que parece un surtidor de espuma.

El resto ya sabes cómo va, ¿no? Cepilla los dientes con movimientos que van de la encía hasta el diente y sin arrastrarlo de arriba abajo (así solo consigues mover la suciedad) y trata de dedicar, al menos, cinco segundos por diente. Después, enjuaga con agua tibia y listo.

Damos por hecho que no lo harás, pero procura no ingerir la pasta de dientes. Por muy rica que esté, no debe formar parte del postre – en efecto, es el punto final ideal para cada comida y sería fantástico que lo hagas al terminar cada una de las que haces -.

Truco de la casa:

Para que no se produzca el efecto contrario al que estás buscando, es importante que tu cepillo de dientes esté guardado a buen recaudo. Intenta mantenerlo en un lugar lejos de la humedad, tapado y apartado de los microorganismos que podrían aposentarse en él. Por ejemplo, si lo tienes en el baño, asegúrate de que no esté expuesto al aire ambiente. En caso de que no puedas evitarlo, límpialo siempre antes de usarlo y te librarás ensuciarte los dientes en lugar de sanearlos.