Mascotas

Benditos Animales.

No podemos resistirnos a ellos. Son los reyes de nuestras vidas.

No podemos concebir un mundo sin respeto por los peludos – y no tan peludos – , y por eso, como bien sabrás, todos y cada uno de los productos que pisan nuestra tienda son Cruelty Free.

Pero yendo un poco más lejos, lo que queremos explicarte ahora escala otro nivel. Nuestra premisa básica, en relación con los animales, es la siguiente: cuida de ellos como cuidarías de ti.

Eso significa: no hagas con ellos lo que no te gustaría que te hicieran a ti; no les des de comer lo que tú no te comerías; no los expongas a situaciones que tú no vivirías; no te plantees poner sobre su cuerpo lo que tú no te pondrías.

Es cierto, tu perro o gato seguramente no va a ser muy consciente de la diferencia entre un champú que lleva parabenos y otro que no, fuera de notar un olor distinto. Pero tú sí. Y solo con eso debería bastarte.
¿Por qué ibas a usar un producto con tóxicos para ellos si no lo quieres para ti?

Piénsalo: el saludo que recibes al llegar a casa, sea el día que sea, no tiene precio. Los lametones, su ronroneo sobre tus piernas, la capacidad que tienen de empatizar con tus sentimientos o la confianza ciega que depositan en ti.

¿Acaso no es eso motivo suficiente para darles todo el amor del mundo mundial?

Pues claro que sí.

Y el amor, queridos amigos, no se expresa solo con caricias y juguetes. También se expresa prestando atención a lo que necesita su piel. Sí, lo que estás pensando es correcto: ocurre exactamente lo mismo que con la tuya.

Igual que nosotros tenemos peculiaridades por razas y formas de vida, ellos también. Y no basta con escoger algo para mantener su higiene. Hay que buscar ese cuidado diseñado para ellos: pelo corto, pelo largo, piel sensible, vida en la ciudad, pelo blanco… sí, por si no lo sabías, hay un mundo para cuidar a tus hijos peludos.

Y nosotros lo tenemos aquí para que (se) lo descubras.