Pasta de dientes Perla siberiana | Natura Siberica

Lo que llegas a sufrir cuando te pasa.

Intentas esconder un poco la cabeza, haces como que hablas mirando hacia el suelo, procuras respirar lo mínimo posible y, sobre todo, alargas las distancias lo máximo posible.

Pero casualmente es algo que te pasa siempre, siempre, siempre cuando tienes alguien muy cerca de ti. O de tu nariz, mejor dicho. Y es un auténtico fastidio porque no tienes escapatoria y te lo comes por completo. Intentas disimularlo como buenamente puedes; pones buena cara, pero la explosión olfativa es para ti.

Y es que mantener una conversación con alguien que tiene mal aliento sin decaer por el camino es una misión realmente complicada. Y no solo para ti, que si la otra persona sabe que lo sufre, por lo general tampoco se siente especialmente cómoda.

Ahora imagínate si eres tú. ¿Verdad que da un poquito de respeto? Pues no hay mejor forma de evitarlo – siempre que no sea una patología – que usando esta pasta de dientes mentolada.

Lo que más nos gusta

• Naturaleza por un tubo: literalmente. Porque la composición de todos los dentífricos de Natura Siberica está basada en ingredientes que provienen de la fría y virgen Siberia.
• Con confianza: la que sientes cuando los usas y la que te da saber que todas sus formulaciones tienen certificación orgánica. O lo que vendría siendo lo mismo, están creadas con materias primas de producción sostenible.
• Tiene alma benéfica: y es que la parte más importante de su producción reside en la recolección silvestre. Es llevada a cabo por tribus siberianas que conocen todas y cada una de las hierbas que participan de su potencial. Cuando consumes estas pastas de dientes, estás ayudando a una familia indígena a mantener una vida digna.

Lo que nos enamora

• Es una luchadora: porque gracias a sus ingredientes, no solo proporciona limpieza a la boca sino que también ayuda a combatir la placa dental. Es como sacar la basura: si la dejas fuera de juego es imposible que desprenda olores.
• Contribuye a conseguir un esmalte más fuerte y con un color natural a la vez que deja un aliento refrescado y renovado. ¿Se puede renovar un aliento? Por supuesto, sobre todo cuando pasas del ajo a la menta fresca; es todo un cambio de escenario.
• Textura en gel que no irrita ni da grima al aplicarla. De aspecto blanquecino, trae hasta ti las mejores hierbas siberianas para que tus dientes y tus encías se mantengan limpias y a salvo de inquilinos no deseados.
• Aroma y sabor ultra refrescantes. Menta pura que recuerda a los caramelos que te daban hace años para apaciguar la garganta. Eso sí, potente no significa intolerable. Es perfecta para despejar el paladar y dejarte una sonrisa que rompe el hielo.

Los culpables de su encanto

• Sal marina: se dice del agua del mar que es ideal para curar las heridas. ¿Te has preguntado por qué? Aquí tienes la respuesta: tiene capacidad para inhibir la acción de las bacterias y evitar su proliferación, ya que tiene efecto antiséptico. Esto da como consecuencia un esmalte reforzado y mejor cuidado.
• Extracto orgánico de hamamelis: es una protectora donde no las hay. Evita que las encías se inflamen así como que aparezcan heridas en ellas o en la lengua. Además, trata las que puedan existir por su poder cicatrizante y es un buen aliado contra el sangrado.
• Extracto orgánico de Schisandra: en unión con la hamamelis, contribuye a reducir las posibilidades de sufrir infecciones así como reforzar las encías y el esmalte. Es un punto de apoyo básico para evitar que las bacterias se apoderen de tu boca.
• Hierba de San Juan orgánica: ayuda a mantener la boca hidratada. ¿No sabías que eso podía ocurrir? Pues es muy necesario para desarrollar sus funciones principales sin mayor complicación (como suele ser cuando tienes una llaga) y evitar que aparezca, entre otras cosas, el mal aliento.
• Geranio silvestre siberiano: como todos los demás ingredientes, también tiene una misión muy médica. Evita la aparición de infecciones e inflamaciones relacionadas con la boca como es la gingivitis o la amigdalitis. Y cómo agradecemos que lo haga, ¡eh!

¿Cómo usarla?

Como cualquier otra pasta de dientes. El hecho de ser natural y brindarte unos efectos fantásticos no implica ninguna dificultad a la hora de incorporarla en tu día a día.

Aplica una pequeña cantidad sobre el cepillo de dientes (ya sea eléctrico o manual). No le añadas agua. Al contrario de lo que se suele creer, no es necesario emulsionarla para que sea efectiva. De hecho, más bien se produce el efecto contrario y, además, te deja la boca que parece un surtidor de espuma.

El resto ya sabes cómo va, ¿no? Cepilla los dientes con movimientos que van de la encía hasta el diente y sin arrastrarlo de arriba abajo (así solo consigues mover la suciedad) y trata de dedicar, al menos, cinco segundos por diente. Después, enjuaga con agua tibia y listo.

Damos por hecho que no lo harás, pero procura no ingerir la pasta de dientes. Por muy rica que esté, no debe formar parte del postre – en efecto, es el punto final ideal para cada comida y sería fantástico que lo hagas al terminar cada una de las que haces -.

Truco de la casa:

Para que no se produzca el efecto contrario al que estás buscando, es importante que tu cepillo de dientes esté guardado a buen recaudo. Intenta mantenerlo en un lugar lejos de la humedad, tapado y apartado de los microorganismos que podrían aposentarse en él. Por ejemplo, si lo tienes en el baño, asegúrate de que no esté expuesto al aire ambiente. En caso de que no puedas evitarlo, límpialo siempre antes de usarlo y te librarás ensuciarte los dientes en lugar de sanearlos.