Tónico facial hidratante antiedad | D’Alchemy

Te ha pasado y lo sabes.

Planificar la semana a tope. Rebosando energía. Que casi te sobra (ella optimista).

Iniciarla con ganas y decir: venga, me he organizado bien, sé que voy a llegar a todo.

Y hasta sientes como un cosquilleo al pensarlo. Podrías llegar a emocionarte.

Pero se tuerce. No sabes cómo, pero sucede. Llega el miércoles al mediodía y tú ya estás que te arrastras. Después de dos días sacando la lengua te faltan las fuerzas y las ganas por todas partes. Y eso por no hablar del viernes, que no sabes ni cómo has llegado hasta allí, porque cuando cae la noche te encuentras pensando todavía en las siete de la mañana de dos días atrás.

Y todavía te haces preguntas y te fustigas pensando que ya no estás como antes.

Pues puede que sí. Pero también puede que te estés olvidando de ti. Puede que no estés descansando lo suficiente.

«¿Descansar? ¿Yo?» Tú. Porque aunque sea una milésima del tiempo que te mantienes ocupada, te servirá para sentir que no tienes diez años más de los que tienes.

Y eso es exactamente lo mismo que le ocurre a tu piel.

No puedes pedirle que salte de la nada al todo sin un puente de por medio. No puedes retirarle todas las células muertas sin reforzar su barrera protectora. Porque no va a estar lista para lo siguiente. Por muy bueno que sea eso siguiente.

No puedes pedirle que siga perfecta sin darle un reposo. Y ese reposo es este tónico facial hidratante de D’Alchemy.

Lo que más nos gusta

• Sabe dónde va lo importante: es decir, en la base. ¿En la base de qué? Pues de su formulación. Eso, en otras palabras, quiere decir que, en lugar de agua, su composición está creada alrededor de hidrolatos vegetales. Y ahora viene la pregunta: ¿los hidroqué? Hidrolatos. Son jugos extraídos de las plantas y las flores mediante un proceso de destilación por el cual se consigue no solo asegurar un buen nivel de hidratación sino también preservar las cualidades de su origen. Y eso da lugar a una fórmula más potente que derechita hacia tu piel.
• Construye sobre seguro: y así no caerás. Lo mismo que podrías aplicar a tu día a día, conforma la premisa básica de este tónico. Y es que de poco vale que la base sea buena si luego todo lo demás está de relleno, ¿verdad? Así será difícil llegar lejos. Por eso, en la formulación de este producto no solo están los hidrolatos, también hay extractos vegetales y aceites esenciales que tienen la capacidad de transformar tu piel (para bien, claro está). Naturales, sin aditivos no beneficiosos y libres de crueldad animal.
• Ahora, consérvalo: cuando consigues algo que vale la pena, quieres mantenerlo intacto cuanto más tiempo mejor. De ahí aquella expresión popular que dice «si algo te funciona bien, no lo cambies». Pues eso. Que como D’Alchemy sabe que esta composición es oro puro, ha decidido mantenerla sin alteraciones mediante un envase con cristal biofotónico que bloquea la entrada de luz. Eso significa que no varía su temperatura ni tampoco las cualidades de sus principios activos. Ni una solita.

Lo que nos enamora

• Que es apto para absolutamente todas las pieles maduras. Da igual si la tuya es seca, muy seca, sensible, grasa o mixta. Todas son igual de merecedoras de esta maravilla. Y todas deben poder gozar de la sensación refrescante que proporciona al instante, el alivio y la hidratación que es capaz de producir en ellas.
• Su textura acuosa y ligera que no pesa ni engrasa. Se expande rápidamente sobre la piel y se absorbe ultra rápido. Sienta como un soplo de aire fresco, pero que hace mucho más que refrescar: restablece el equilibrio y regula el pH, ajustándolo a su nivel adecuado, combate los signos de envejecimiento y cierra los poros (que previamente ya has abierto con el limpiador), regula la secreción sebácea y, con todo ello, se convierte él solito en un gran preventivo de la aparición del acné. ¿Te parece poco? Pues debes saber que, además de todo ello, tonifica de forma excelente (que ironía, ¿verdad?), remineraliza el cutis y favorece la absorción de los principios activos de la crema hidratante (u otro cosmético).
• Su aroma tan suave como estimulante. Es puro frescor (como ya era de esperar), fusión de cítricos y renovación. Una representación perfecta de la acción que ejecuta sobre tu piel.

Dato curioso: mira si está concentrada en lograr la excelencia, que D’Alchemy numera todas las fórmulas de sus productos y las coloca bien visibles en los envases de cada uno de ellos. A medida que las van actualizando, las numeraciones se van modificando. ¿Se puede ser más perfeccionista?

Los culpables de su encanto

• Hidrolato de rosa de Damasco: es un gran antioxidante. Protege a la piel del deterioro provocado por los radicales libres, traducido en muchas ocasiones como envejecimiento cutáneo. Por eso es ideal para prevenir las arrugas así como la pérdida de firmeza. Proporciona nutrición, suavidad y fortalece los vasos sanguíneos, ayudando a reducir la irritación.
• Aceite esencial de rosa de Damasco: es un gran refuerzo para neutralizar los radicales libres. Estimula la regeneración de la piel y promueve su renovación, eliminando las células muertas y promoviendo el crecimiento de células sanas. Controla y regula la secreción sebácea, alivia la inflamación provocada por el acné, aprieta los poros y deja en la piel una textura suave y sedosa.
• Aceite esencial de pomelo: es un ingrediente activo de gran importancia, y no solo por el toque que le da al aroma de este tónico. Es astringente y evita que la piel segregue más grasa de la cuenta a la vez que fomenta la regeneración de la piel, haciendo que se eliminen las células muertas así como favoreciendo la correcta oxigenación de la epidermis.
• Extracto de rosa francesa: es muy reparador. Su acción sobre la piel estimula su regeneración, activando el metabolismo celular y promoviendo la producción de colágeno. Gracias a él, la estructura cutánea se refuerza y da lugar a una tez suave y alisada.
• Extracto de algas hidrolizado: es un combativo natural contra el acné. Tiene efecto antiinflamatorio, por lo que reduce la inflamación – como su nombre indica – provocado por esta afección, además de ser hidratante. Ayuda a equilibrar la secreción sebácea y alivia el cutis dañado por los brotes acneicos.
• Lactona de ácido glucónico: es otro refuerzo activo contra el envejecimiento de la piel. Estimula la síntesis de colágeno, incrementando el nivel de elasticidad, reduce las arrugas gracias al aumento de elastina y, además, hidrata.

¿Cómo usarlo?

Siempre, siempre, siempre, a juego con tu limpiador.

Es decir: cada vez que limpies la piel, detrás irá este tónico. La razón es tan sencilla como lo que te contábamos al principio: restablece su equilibrio y refuerza su barrera protectora natural.

Dicho esto, la aplicación es muy sencilla. Te damos dos opciones:

1. Pulveriza directamente sobre la piel de rostro y cuello limpia, a unos 20 cm de distancia, aproximadamente. Después da leves toques con las yemas de los dedos (también limpias, claro) para facilitar su absorción.
2. Pulveriza tres veces sobre las palmas de las manos limpias y frota entre sí. Después colócalas sobre rostro y cuello y ve repartiendo el producto mediante toques.

Truco de la casa:

El tema de los toques es importante, principalmente para evitar irritaciones al frotar, ahora que la piel se encuentra un poquito más sensible debido a la limpieza.

Otra cosa que es súper interesante es que, al ser un recuperador, puedes usar este tónico en días de mucho calor en los que sabes que tu cutis va a sufrir y se va a irritar sí o sí. Ya lo decimos, refrescante es la palabra que lo define mejor. Y protector, también.