Crema de manos extra-reafirmante Formato Viaje | Natura Siberica

«Hazlo tú, que yo tengo las manos secas».

¿Cuántas veces habrás pronunciado esa frase o alguna parecida? Es una triste realidad: las manos secas nos limitan la vida. A veces, un simple gesto como sujetar algo pesado puede significar un momento de sufrimiento. Vale, sí, que seas una flojucha tampoco ayuda. Pero aunque no lo fueras, sabes que tus manos están rozando la sobrecarga. Sientes cómo la piel te está tirando de tal manera que sufres por si en cualquier momento te salen escamas.

Y como esa, mil situaciones más, tan tontas que casi te da vergüenza. Pero tan traumáticas, que al final optas por decir: yo no puedo con eso, por favor, hazlo tú.

Así que es casi ya una cuestión de orgullo cambiar el panorama y empezar a usar una crema de manos extra-reafirmante y extra todo, como esta de Natura Siberica. Porque tus manos secan necesitan una salvación extra intensiva, incluso cuando estás de viaje.

Lo que más nos gusta

• Activación natural: su composición está repleta de ingredientes activos orgánicos, entre los cuales destaca la acción del Ginseng siberiano orgánico y la Schisandra Nanai.
• Con certeza: la de que es un producto orgánico y con una composición totalmente natural y en un 98% vegetal. Porque no hay nada más seguro para cuidar tus manos.
• ADN siberiano: hecha de plantas y flores silvestres provenientes de la naturaleza siberiana. Se recolectan a mano en su momento de máximo esplendor para que puedas aprovechar todos y cada uno de los beneficios que tienen.
• Aceites esenciales: su formulación está basada en ingredientes derivados del aceite de pino siberiano y aceites siberianos orgánicos que le proporcionan unas características inimitables. Vaya, que es el rescate que tu piel te estaba pidiendo a gritos.

Lo que nos enamora

• El efecto sanador que tiene, que es muy necesario. Tiene una formulación diseñada específicamente para reafirmar y restaurar la elasticidad de la piel. Le aporta nutrición intensa y protección frente a los agentes externos.
• El tacto ultra sedoso que deja en las manos. Con una textura cremosa, ligera y fácil de aplicar que se absorbe con rapidez. Le proporciona un efecto alisante, que suaviza y restablece los niveles de humedad necesarios para mantenerse sana, logrando un aspecto agradable y alejado del acabado lagartija.
• El aroma suave y de toque dulce que actúa reforzando la sensación de comodidad y reparación. Y no lo puedes negar, es un punto extra para alardear de manos bonitas.

Los culpables de su encanto

• Ginseng siberiano orgánico: es una planta única por sus características, pues debido a que contiene una amplia gama de minerales en su naturaleza. Gracias a ello, ejerce una acción tonificante sobre la piel que la alisa y elimina los signos de la sequedad, dando lugar a un efecto rejuvenecedor y mejorando su elasticidad.
• Schisandra Nanai: es muy rica en vitaminas A y E, por lo que resulta muy beneficiosa a la piel por sus propiedades antioxidantes. Esto se traduce en una elevada protección frente a los radicales libres (los que ponen en peligro tus defensas) y un retraso del envejecimiento de la piel.
• Serbal siberiano de recolección silvestre: es el ingrediente que convierte esta crema en un arma muy útil hasta para combatir las pieles más secas. Las suaviza y las nutre, eliminando la descamación y previniendo la deshidratación.

¿Cómo usarla?

De entrada, como una heroína. Y para seguir, siendo constante en su uso.

Aplícala generosamente por las dos manos y masajéala suavemente. Bueno, lo de generosamente dependerá de si te aplicas y empiezas a cuidarla con asiduidad.

Procura que se impregnen bien todas las zonas de la mano, especialmente los pliegues entre los dedos, que suelen ser los más difíciles de mantener hidratados.

Repite esta acción, al menos, un par de veces al día. Incluso más, eso podrá variar en función de cómo de desesperada se encuentre tu piel al iniciar su uso y cuánto la mimes en adelante.

Truco de la casa:

Una forma extraña pero muy efectiva de aplicar la crema es hacerlo por la parte externa de las manos. Es decir, sin usar las palmas. Frótalas entre sí y cruza los dedos para cubrir también los huecos entre estos. De esta forma, conseguirás dar nutrición a las zonas más secas sin engrasar las yemas.

Es un truco que aquí usamos mucho para evitar perder tiempo si trabajas con el ordenador, por ejemplo, ya que así no tienes que esperar mucho rato a que se seque para seguir con tus rutinas.