Crema-manteca de manos Nutrición profunda | Café mimi

La vida es tan irónica, que a veces nos damos cuenta de las cosas de la forma más tonta posible.

Por ejemplo: eres consciente de que tienes las manos secas cuando sufres por cortar el pan.

«¿Cómo?» Pues eso. Que coges una barra de pan, un poquito seca, te pones a cortarla y puedes sentir cómo tu piel está haciendo estragos. Notas la tensión y empiezas a ponerte nerviosa. Sabes que, a mayor fuerza, mayor posibilidad de que se te haga una grieta. ¿Que podría ser una señal para que dejes de comer pan? Pues también, pero no es ese el tema que nos ocupa.

Sí, sabemos que ese es un nivel muy exagerado, pero existen más casos no declarados de los que pensamos. Dejamos las cosas tan de lado que somos conscientes de que existen cuando ya nos están escupiendo en la cara. Y es un grave problema poblacional que debemos resolver con urgencia. No, no: el de apalancarse no, el de las manos agrietadas, que es muy peligroso.

Otra vez: «¿cómo?». Pues obviamente, con una crema-manteca de manos que nos aporte una buena nutrición. La suficiente como para no temerle al cuchillo del pan.

Lo que más nos gusta

• Discreta: como ese corte que no sabes de dónde ha salido. No invade tu espacio, pero tiene el tamaño idóneo para estar en el lugar y el momento oportunos. Justo a tiempo para que la veas al acostarte y recuerdes que no puedes irte a dormir sin ella.
• Tan natural como comer pan: porque el 95% de sus ingredientes son de origen natural. Y qué hay mejor que saber que entre tus manos hay algo totalmente real. Tan real como pasarte las dietas por el forro.
• Generosa: su envase está fabricado con plástico 100% reciclado y reciclable a su vez. Hecho para respetar todos los ecosistemas y habitantes posibles.

Lo que nos enamora

• Su efecto reparador de larga duración: sin necesidad de estar constantemente rehidratando tus manos. Con una aplicación periódica estarás lista.
• El tacto sedoso que deja en las manos. Con una textura cremosa, pero ligera. Es justo lo que necesitas sin saberlo. Suaviza las manos, las nutre y favorece la regeneración natural de la piel.
• El aroma envolvente que refuerza esa sensación de protección. Sabes que por muchos bocatas que te hagas, tus manos no correrán peligro (en lo que a la piel refiere, claro).

Los culpables de su encanto

• Manteca de cacao: además de ser un potente hidratante, ayuda a activar el rejuvenecimiento de la piel mediante la regeneración celular y la protege a corto y largo plazo. Eso sí, el manejo del cuchillo deberás controlarlo tú.
• Aceite de aguacate: es una fuente de vitaminas que hidrata la piel en profundidad y le da una suavidad a la que no está acostumbrada (pero que merece, y mucho).
• Aceite de almendra dulce: este amigo de aquí es el responsable de calmar la piel y devolverla a su estado natural de suavidad. Además de darle una hidratación perfecta para afrontar el día a día.

¿Cómo usarla?

Como si no hubiese mañana, porque el mañana puede ser una grieta inesperada que no quieres.

Por eso: aplícala generosamente por las dos manos hasta que sientas que ha sido absorbida, que será rápidamente. En cuanto sientas que tus manos vuelven a mostrar signos de sequedad (a ser posible no esperes a volver a cortar el pan) aplícale otra dosis de crema para ayudar a ir manteniendo la hidratación.

Truco de la casa:

Una forma extraña pero muy efectiva de aplicar la crema es hacerlo por la parte externa de las manos. Es decir, sin usar las palmas. Frótalas entre sí y cruza los dedos para cubrir también los huecos entre los dedos. De esta forma, conseguirás dar nutrición a las zonas más secas sin engrasar las yemas.

Es un truco que aquí usamos mucho para evitar perder tiempo si trabajas con el ordenador, por ejemplo, ya que así no tienes que esperar a que se seque para seguir con tus rutinas. Incluso si estas son usar cuchillos con frecuencia.