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Crema antiedad para piel seca y sensible | D’Alchemy

Crema antiedad para piel seca y sensible | D’Alchemy

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49,95

50 ml

SKU: 12008

Previene la deshidratación
Hidrata y elimina la tirantez
Minimiza las arrugas

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Precio/unidad 49,95 47,95 46,45 44,96

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Una crema con la que no habrá lugar para la tirantez, la sequedad ni la irritación. Y con la que las líneas de expresión tendrán los días contados.

Descripción Crema antiedad para piel seca y sensible | D’Alchemy

Dicen que con la cara se dice todo.

Que, si los ojos son el espejo del alma, la piel es el escaparate de las emociones. Bueno, eso lo decimos nosotros.

Pero es totalmente cierto.

Sobre todo, cuando pasas el umbral de los cuarenta y cinco. De repente, parece como que tu cara expresa… demasiado, ¿no?

Vaya, que llega un momento que, sin tú llevar botox, tienes que cohibirte de hacer ciertos movimientos. Vaya a ser que luego tu rostro hable por ti diciendo cosas que tú no piensas.

Nos entendemos, ¿verdad?

Que tu sonrisa deje marca está muy bien, pero no si lo tiene que hacer en las comisuras de la boca.

Que tu felicidad sea visible es maravilloso, pero no cuando se aposenta en el rabillo del ojo.

Que ser natural y dejar que la vida muestre las cosas tal y como son es estupendo, pero si puede hacerlo sin recordártelo a cada minuto de tu día… pues ya es orgásmico.

Casi tanto como lo que sientes cuando ves los efectos de esta crema antiedad para piel seca y sensible de D’Alchemy. Eso… es otro nivel.

Lo que más nos gusta

  • Al cuadrado: así es como trabaja esta crema. Haciendo doble acción. Porque para qué vas a escoger solo una cosa cuando puedes tratar varias a la vez. Y de forma efectiva. Por un lado, hidrata en profundidad la piel con un nivel muy elevado de sequedad, proporcionándole confort y suavidad. Por otro, corrige los signos de envejecimiento (incluyendo los más profundos), como son las arrugas y las líneas de expresión, y prolonga la juventud del cutis para prevenir su aparición nuevamente.
  • Al natural: así es como nos gustan las cosas, pero siempre que estén cuidadas. Y eso es algo que D’Alchemy prima por encima de todo, por eso la formulación de este producto está creada seleccionando al detalle los mejores extractos vegetales y aceites esenciales. Pero eso no es lo mejor: la composición está basada en hidrolatos (o hidrosoles) de plantas en lugar de agua, lo que hace que el resultado sea un cóctel mucho más efectivo. Ah, y además, es vegano.
  • En estado de gracia: no, por muy orgásmica que sea, no estamos hablando de que embarace a nadie. Más bien hace referencia a la conservación de la crema: va protegida por un envase fabricado con cristal biofotónico. Y eso ¿qué significa? Pues que, por sus características, este tipo de material jamás dejará pasar la luz al interior del frasco. Dicho de otro modo: gracias a esta propiedad, impide que ningún factor externo pueda alterar las cualidades de los ingredientes activos que hay en ella.

Lo que nos enamora

  • Se centra, única y exclusivamente, en reparar las pieles maduras, con mucha sequedad y sensibles. Su tratamiento consiste en hidratar de adentro hacia afuera, alcanzando las capas más profundas de la piel para rellenar las arrugas y devolverle la elasticidad. Gracias a su contenido en antioxidantes, proporciona protección para evitar el deterioro provocado por los radicales libres que causan el envejecimiento cutáneo y, además, provoca un efecto lifting duradero, puesto que se va generando de forma progresiva pero estable. Por todo ello, la tez adquiere mayor firmeza, se elimina la tirantez y se reduce la profundidad de arrugas y líneas de expresión, quedando así lisa, sedosa y con un aspecto rejuvenecido.
  • Textura densa, consistente, muy rica y agradable con la piel. Pese a su densidad, aplicarla sobre el cutis se convierte en un auténtico placer, sobre todo cuando ves que no lo engrasa, se absorbe estupendamente y deja en ella resultados tan difíciles de conseguir como una piel suave, hidratada, flexible, con mayor grosor y menor presencia de imperfecciones. ¿Magia? No, D’Alchemy.
  • Aroma suave, delicado, con el toque de los cítricos y los extractos vegetales que hay en ella. Por si todo lo anterior no te había enganchado, este es el remate para que acabes cayendo rendida a sus maravillas.

Dato curioso: mira si está concentrada en lograr la excelencia, que D’Alchemy numera todas las fórmulas de sus productos y las coloca bien visibles en los envases de cada uno de ellos. A medida que las van actualizando, las numeraciones se van modificando. ¿Se puede ser más perfeccionista?

Los culpables de su encanto

  • Hidrosoles de rosa de Damasco y hamamelis: desarrollan un triple efecto que resulta ultra efectivo para pieles maduras con sequedad y sensibilidad. Por una parte, hidratan y suavizan, eliminando la sequedad y la tirantez; por otra, reducen las arrugas y activan la circulación sanguínea, haciendo que disminuya la irritación y, por último, unifican el tono de la piel, haciendo que adquiera un aspecto fresco y radiante.
  • Aceite de argán: contiene una gran diversidad de ácidos grasos y vitamina E, lo cual hace de este ingrediente una opción ideal para cuidar la piel madura. Es altamente hidratante, suavizante y además facilita la absorción de la crema sin generar pesadez ni pegajosidad.
  • Aceite de semilla de uva: a tu piel sensible le va a encantar este aceite. Además de ser no comedogénico, es decir, no generar imperfecciones, no obstruye los poros ni engrasa el cutis y es antioxidante. Eso, como bien sabrás, se traduce en protección frente a la presencia de los radicales libres. Por otra parte, tiene acción regeneradora, por lo que estimula la producción de colágeno y consigue aumentar de forma natural la cantidad de elastina, siendo así un estupendo aliado contra las arrugas y las líneas de expresión.
  • Aceite de linaza: es un antiinflamatorio natural. Gracias a su alto contenido en ácidos grasos esenciales, puede luchar eficazmente para mantener la salud de tu piel, liberarla de manchas y devolverle su textura lisa y suave. Además, es súper nutritivo.
  • Aceite esencial de rosa damascena: una de sus mejores propiedades es que es antidepresiva. Aunque pueda parecerte un tanto excesivo, tiene la capacidad de ponerte de buen humor (y, la verdad, con ese aroma tampoco es de extrañar). Al margen de este dato, también es regenerador y descongestionante, lo cual, dicho en otras palabras, significa que promueve de forma activa la renovación celular y, por ende, incrementa la producción de colágeno, mejorando la elasticidad de la piel. Además de mantenerla protegida y relajada, claro.
  • Aceite esencial de sándalo: su acción no se queda en las capas más superficiales de la piel, ya que tiene una gran capacidad de penetración y hace que pueda actuar de forma más profunda. Es antiséptico y además contribuye a que la piel haga una correcta absorción de los nutrientes.
  • Aceite esencial de romero: justamente, es un ingrediente conocido por sus propiedades antienvejecimiento. Gracias a la elevada cantidad de antioxidantes que contiene, ofrece protección a la piel, evitando el deterioro provocado por los radicales libres, le devuelve la elasticidad y la deja fresca y brillante, a la vez que la hidrata en profundidad y la relaja de forma instantánea.
  • Aceite esencial de mandarina: tiene un efecto antiséptico que hace de purificador y elimina las impurezas de la piel, así como también ayuda a reparar el tejido dañado y reducir las imperfecciones derivadas de la falta de hidratación.
  • Aceite esencial de clavo: suele utilizarse para masajear la piel, y es que tiene un efecto calor que aporta estimulación al torrente sanguíneo. Además, su principio activo es el eugenol, un antibacteriano natural que previene las infecciones y, a efectos prácticos, refuerza la barrera protectora de la epidermis.
  • Aceite esencial de lavanda: es un antiinflamatorio natural buenísimo. Reduce la inflamación y la hinchazón, así como el enrojecimiento habitual en pieles sensibles. Además, tiene propiedades equilibrantes que ayudan a nivelar la producción de grasa y la humectación de la piel, así como tonificantes, que reducen la flacidez y recuperan la firmeza, o antibacterianas, que contribuyen a mantener los poros limpios y sin obstrucciones.
  • Aceite de buriti: contiene gran cantidad de vitamina E, ácidos grasos esenciales y betacaroteno, lo cual hace que desarrolle una función calmante muy necesaria, especialmente para los cutis con propensión a la irritación. Además, es hidratante y nutritivo, aporta mucha elasticidad y ofrece protección duradera.
  • Aceite de coco: además de su gran poder hidratante, cosa que probablemente conozcas, es muy útil por sus propiedades bactericidas. Contiene mucha vitamina E, la cual lo convierte en un perfecto antiarrugas, muy útil para ayudar a recuperar la flexibilidad y retrasar el envejecimiento cutáneo.
  • Extracto de raíz de ginseng: cómo no, otro ingrediente con propiedades antioxidantes. Pero no solo eso, también es regenerador, hidratante y revitalizante. Con su acción consigue activar la circulación sanguínea, haciendo que la epidermis se oxigene mejor y lleguen a ella una mayor cantidad de nutrientes, dando lugar a un refuerzo natural de su barrera protectora así como un aspecto rejuvenecido y esplendoroso.
  • Extracto de lavanda: es ideal para pieles sensibles. Debido a sus propiedades regeneradoras, ayuda a reparar el daño provocado por la pérdida de hidratación y mejora las afecciones, así como desinflama y contribuye a incrementar la flexibilidad de la piel.
  • Extracto de bulbo de azafrán: siendo su mejor propiedad la regeneración de la piel, incrementa la elasticidad de esta y retrasa su envejecimiento, puesto que mantiene en constante renovación las células de la epidermis.
  • Extracto de manzana: cuando dicen que las manzanas son buenas para todo, no mienten. Poseen un alto contenido de alfa-hidroxiácidos que, traducido a nuestro idioma, significa que es un ingrediente con capacidad exfoliante (muy suave) que elimina las células muertas y reduce visiblemente las manchas, promoviendo la síntesis de colágeno y minimizando los signos de expresión, también conocidos como arrugas.
  • Extracto de durazno: posee una gran cantidad de antioxidantes y de betacaroteno, y ya sabes lo que eso significa. ¿No? Pues, en pocas palabras, una ralentización del envejecimiento de la piel. Contribuye de forma activa a reducir las imperfecciones, así como las manchas, y además es un gran estabilizador para las pieles secas.
  • Extracto de trigo: un antioxidante más al saco. Gracias a esta propiedad, lucha de forma activa contra el envejecimiento de la piel, reduciendo las manchas y previniendo su aparición, a la vez que reafirma el cutis y restaura su flexibilidad.
  • Manteca de karité y shorea: bien sabrás que, sobre todo en el caso de la de karité, aportan una gran dosis de nutrición a la piel. Además de darle una textura riquísima. Pues bien, también son emolientes y contribuyen a restablecer el equilibrio hídrico y lipídico, reforzando la estructura cutánea y actuando como combatientes de las arrugas y evitando el deterioro del cutis causado por el envejecimiento prematuro.

¿Cómo usarla?

Aunque sea adictiva, solo debes usarla dos veces al día: uno por la mañana y otro por la noche.

Cuando te la pongas, hazlo con la piel limpia y seca, con las yemas de los dedos y masajeando por cara, cuello y escote.

Truco de la casa:

Cuando decimos lo de aplicar las cremas haciendo un masaje no es cosa de un capricho. Es un acto que estimula la circulación sanguínea y favorece que la piel active un proceso de regeneración natural. Con lo cual, no solo absorbe el producto que le estás dando, sino que, además, está produciendo elementos beneficiosos por sí misma.

Y, ya que estás, frótala primero un poco entre las dos manos para calentarla y conseguir una mejor integración con la piel.

d'alchemy skincare

Origen: Polonia

Creación: 2018

Colección: D'Alchémy

Existe un mundo más allá de la cosmética natural que casi parece sacado de un cuento. Recorre todas las fuentes de pureza y se adentra en ellas buscando la perfección. Es el mundo de D’Alchémy Skincare.
Y no se trata de un cuento porque sea fantástico -que lo es-, sino porque alcanza un nivel que parece pura magia.
Si creías que la cosmética orgánica era el punto más alto al que podíamos llegar, estás a punto de descubrir que todavía hay alguien que desafía todas las creencias. Y esa es la cosmética holística.
La que no se conforma con curar la piel; busca curar el alma. La que no tiene suficiente con ingredientes de calidad; quiere los mejores.
La que se sirve de la naturaleza para conectarte en cuerpo y alma.

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