Crema facial matificante Iceland Moss | Natura Estonica

Nunca has sido muy fan del efecto mate (que tú creyeras). Sin embargo, en cuanto se puso de moda fuiste la primera en caer.

No tardaste en ver que lo tuyo no tenía que ver con algo pasajero. Ya venía de tiempo atrás. Desde la adolescencia, concretamente: cuando los brillos y el exceso de grasa protagonizaban cada uno de tus looks.

Por aquél entonces no eras consciente de ello, pero lo que tú querías no era ocultarlo sin más, sino ponerle fin. Buscabas algo que no te hiciese sentir como gusiluz a cualquier hora del día; algo como esta crema matificante. Y sí, tardaste en encontrarla, pero nunca es tarde si el producto es bueno.

Lo que más nos gusta

• Auténtica: porque a través de sus ingredientes orgánicos busca demostrar que la belleza puede obtenerse de los orígenes más humildes y recónditos. Se quedará contigo hasta el final, para probarte su fidelidad y demostrarte que tiene el poder reparador que le hará ganar tu confianza.
• Te desafía: y lo hace todos los días. Todo por el bien de tu piel seca. Quiere hacerte mucho más consciente y responsable de tus actos. ¿Cómo? Demostrándote que todo tiene solución – incluso las inflamaciones y las rojeces – y que siempre hay una forma de hacer que tu rostro se vea más fresco y saludable.
• Sin presumir: no le interesa hacer mucho escándalo. Solo debes darle una oportunidad y verás que con poco consigue mucho. Por muy pequeña que sea, sus beneficios pueden ser más grandes que la potencia luminosa de tu piel.

Lo que nos enamora

• Se aboca a nutrir la piel del rostro hasta el punto de dejarla impecable. Ella pone las propiedades y tú la constancia. Tan solo debes mantenerte día a día incansable y seguir aplicándola hasta ver que realmente cumple lo que promete: un cutis libre de brillos, suave y con los poros menos visibles.
• ¡Stop al brillo! Esta crema facial entiende que una cosa es resaltar con sutileza y otra muy diferente es llamar la atención sin siquiera haberlo intentado. Por eso proporciona un efecto matificante, como su nombre indica, que no solo contrarresta los efectos naturales del exceso de grasa, sino que también ayuda a equilibrar la barrera protectora natural de la piel.
• Su textura cremosa, tan ligera que casi ni se siente, pero que sabes que está allí, haciendo su efecto, sin fallarte. De fácil aplicación y rápida absorción, porque bastante tienes con lo tuyo como para tener que cargar con el peso de una crema.
• Aroma agradable, con esencia a hierbas naturales. Tan fresco que nada más destaparla ya puedes visualizar los efectos que causará sobre tu piel. ¿Liberada? ¿Relajada? ¿Refrescada? Sí a todo.

Los culpables de su encanto

• Musgo orgánico de Islandia: para nosotros es sumamente importante la existencia de esta planta y para ti también.  Sin ella, esta crema facial carecería de propiedades que ayudan a combatir la inflamación, la rojez, el picor y todo lo relacionado con las pieles mixtas y sensibles. Nutrir y reparar la estructura de la capa más notable de nuestro rostro – o sea, la epidermis -, es su principal objetivo. De ahora en adelante, aprenderás a ver el musgo con otros ojos.
• Salvia orgánica: funciona muy bien como antiséptico, por lo que el acné y la inflamación que te provoca ya no deberían ser una preocupación. Definitivamente, es uno de esos ingredientes (casi) milagrosos que no esperas encontrar. Calma tu piel y la protege de todo lo que quiera perjudicarla.
• Ácido hialurónico: es uno de los ingredientes que más destacan, porque permite mantener el equilibrio y estructura de la epidermis, aún en los tiempos difíciles. El efecto mate, con él, nunca faltará.
• Vitaminas y aminoácidos: no podemos excluirlas ni de broma. Son tan indispensables que sin ellas no es posible lograr una regeneración celular completa. Es decir, son la cereza del pastel: en este caso, el rayito de luz que hará resplanceder (que no relucir) tu rostro de nuevo.

¿Cómo usarla?

Dejando atrás el pasado. Tu cutis graso entenderá, poco a poco, que se aproximan cambios necesarios.

Toma una pequeña cantidad de crema y aplícala suavemente por toda la cara, hasta llegar al cuello – que también necesita de mimos, incluso con más urgencia – como si te estuvieras dando un rico masaje.

¿Cómo debes tener la piel antes de este paso?

Limpia y totalmente seca, para no absorber nada que no toque.

Truco de la casa:

El masaje es algo vital, especialmente cuando hablamos de aplicar cremas. Hazlo con movimientos circulares y ascendentes, sin presionar demasiado la piel y habiéndote frotado el producto entre las dos manos primero. Así asegurarás que los nutrientes se absorban mejor y que tu piel no se vuelva flácida más pronto de lo esperado.