Lily Lolo | Iluminador compacto – Rose

Muchas veces, el maquillaje representa una salvación para muchas de nosotras.

Días en los que nos levantamos un poquito giradas con la vida y no vemos nada bien, nos damos cuatro toques con él y salimos airosas y divinas.

Tiene una capacidad de transformación increíble. Aunque, sorprendentemente, a veces no es suficiente.

¿No te ha pasado nunca? Eso de empezar a maquillarte esperanzada, pensando que así te vas a ver y sentir mejor contigo misma, pero es terminar de hacer tu rutina habitual y no verlo claro.

No te convence. Parece que te ves muy «sosa». La mala cara persiste. Como que te sigue faltando algo.

Claro. El toque de glow. El punto mágico para brillar – más de lo que ya lo haces por ti misma -. Eso sí, siempre en su justa medida. Tampoco es cuestión de parecer una farola.

Con un poquito de este iluminador compacto te bastará para darle a tu rostro el aporte de luz, volumen y frescura que le hace falta. Y ahora sí, es hora de arrasar.

Lo que más nos gusta

• Buenas sensaciones: eso es lo que vas a notar en tu piel. Porque además de darle luminosidad, la mantendrá perfectamente sana y libre de tóxicos, ya que no los hay. Con una composición natural, con ingredientes minerales y 100% apta para personas veganas.
• Ready to go: lo bueno de un formato compacto no es solo que es más difícil que pierdas producto o su entereza y facilidad a la hora de trabajarlo. Es que si has salido de casa sin acordarte de ponértelo, con llevarlo en el bolso basta, ya que trae su propio espejito y es perfectamente transportable.
• Objetivo rescate: y es que su misión no se limita a darle a tu piel un aspecto más fresco visualmente, sino desde adentro. ¿Qué quiere decir eso? Pues que también posee una extraordinaria función antiedad. Gracias a los aceites de granada y argán, previene la aparición de signos del envejecimiento prematuro.

Lo que nos enamora

• Su fórmula lo convierte en un maquillaje que aporta. Es libre de talcos ni perfumes, y compuesta a base de minerales y aceites esenciales para que tu piel esté radiante incluso cuando vayas desmaquillada.
• Su versatilidad. Lo bueno que te da, gracias a sus tonalidades naturales, es que puedas usarlo tanto de día, para un look fresco, como de noche, para un look glamouroso. Además, puede ser aplicado tanto en la zona de los pómulos y la T como en hombros y escote.
• Su durabilidad. Tiene una formulación de larga duración que te permite usarlo durante horas y horas sin necesidad de volver a retocarte.
• Su manera de integrarse con la piel, con suavidad, sin dar pesadez, ser pegajoso ni recargar en exceso. Obviamente, todo dependerá de cuánta intensidad le quieras dar tú, pero no nunca te resultará incómodo de llevar.

Los culpables de su encanto

• Aceite de argán: es un hidratante donde los haya. Mantiene la piel suave y, gracias a la gran cantidad de ácidos grasos y vitaminas que contiene, es ideal para cuidar la piel y evitar que incidan en ella los signos de la edad.
• Aceite de granada: ¿les tienes miedo a las arrugas? Pues ya puedes dejarlo a un lado, porque este aceite es un aliado y previsor de primera. Combate el envejecimiento prematuro, regenera la piel y evita la aparición de nuevas arrugas. Es el amor platónico de cualquier cutis – madurito y no madurito -.
• Cera candelilla: es otro ingrediente hidratante que, además de humectar la piel, asegura que el resto de componentes estén bien integrados entre sí. Propicia una sensación agradable en la tez y permite que el resultado sea muy ligero y sedoso.

¿Cómo usarlo?

Una de las mejores cosas que tiene un iluminador es que permite resaltar las zonas de tu rostro (y de tu cuerpo) que más te interesen. La forma de hacerlo es fácil:

1. Con un pincel para iluminador, toma una pequeña cantidad de producto girando la herramienta y después repártelo sobre la mano para eliminar el exceso y poder aprovecharlo más tarde.
2. Aplica el producto en las partes del rostro más elevadas como son los pómulos y la zona T (tabique de la nariz y parte superior de las cejas, así como el hueso de la ceja).

Truco de la casa:

Una manera para aplicar correctamente el iluminador es hacerlo siempre en partes donde has colocado el bronceador. Obviamente, no superponiéndolo a este, sino haciendo líneas colindantes con él. De esta manera, conseguirás resaltar todavía más la zona que habías marcado previamente con el maquillaje más oscuro.

Otra cosa que puedes hacer es usarlo para reducir ojeras aplicándolo después del corrector, para darle más luz a tu mirada. O bien para corregir la sombra que hacen los pelitos de la ceja en la zona del hueso (la parte más externa de esta).

Por último, pero no menos importante, puedes usarlo a tu favor cuando no dispongas de un bronceador a mano. Aplícalo encima de la base y da más capas con ella para crear el contraste que buscarías al usar unos polvos de bronceado o un maquillaje de contouring.