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Los 6 fantásticos que tu crema facial debería tener

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Los 6 fantásticos que tu crema facial debería tener

El paso esencial de tu rutina, sin duda, es aplicarte la crema facial. Pero de poco vale si no cumple con los requisitos de rigor… ¿te los contamos?

Índice del artículo

El gran dilema de la crema facial

Cuando se trata del cuidado de nuestra piel, tenemos muy claro qué hay que hacer, pero no siempre cuál es la mejor manera ni qué producto escoger para ello.

¿Debe llevar vitaminas? ¿Colágeno? Y ¿qué son los antioxidantes?

Tantas dudas, tantas opciones… que nunca sabes qué crema facial escoger.

Porque si hay algo que nunca te pasas por alto es eso: tu crema facial. Pero elegir una que sea completa, eficaz y que te aporte todo lo necesario no siempre es fácil.

Y la dificultad no reside en tu indecisión, que probablemente también, sino en conocer perfectamente qué exigencias debes tener hacia este paso fundamental de tu rutina facial.

¿Qué esperar de una crema facial? Por suerte, si te decepcionas una vez no volverás a topar con esa piedra (a diferencia de lo que ocurre con otras cosas), pero casi que mejor si puedes evitarlo, ¿no?

Pues es justo lo que pensábamos nosotros. Así que quédate un ratito (muy corto, sabemos que tu tiempo es oro) y te contamos cuáles son los ingredientes esenciales que tu crema facial debería tener para que sea completa y efectiva.

¿Te hemos convencido?

Pon una crema facial en tu vida

Eso lo primero.

Seguramente, si estás aquí es porque ya estás haciendo uso de ella, pero en el caso de haberte planteado sustituirla por otro producto o dejarla de lado, te lo aclaramos: tu crema facial no es ningún juguete. Es tan importante como comer verdura cada día (ah, que eso tampoco… vamos a hacer ver que no hemos dicho nada).

Bien sabrás que existen distintos tipos de piel, y un tipo de crema facial para cada una de ellas. Está bien que lo tengas en mente a la hora de escoger, pero ese no es un factor que deba condicionar tus exigencias a la hora de hacer la selección. Lo decimos en otras palabras: no le niegues a tu cutis un tipo de ingrediente determinado porque la crema facial está hecha para tu piel (siempre refiriéndonos a los que te contaremos a continuación, claro). Porque no son dos cosas incompatibles, y ahora verás las razones.

Para empezar, sea cual sea tu tipo de piel, es indispensable darle la dosis de agua adecuada para su correcto funcionamiento, porque así te asegurarás de repararla de posibles daños y prevenir su envejecimiento prematuro. Por lo tanto, el primer punto a destacar es que tu crema facial lleve siempre un buen aporte de hidratación (sí, por mucho que tengas la piel grasa, esto también va por ti).

Entre otras cosas, porque las cremas hidratantes previenen la pérdida de agua (como es de esperar) y reducen las imperfecciones, favoreciendo la regeneración de la piel. Si, además, tenemos en cuenta que en su composición haya mayoría de ingredientes naturales de calidad, es más probable que tu cutis se impregne de antioxidantes y mejore su salud, repercutiendo directamente en su aspecto.

Ojo con esto: el precio de las cremas faciales no son un indicativo de calidad. Para saber si realmente pueden funcionarte bien y son buenos productos, debes revisar los ingredientes detenidamente o incluso escanearlos, así podrás asegurarte de su fiabilidad y posible efectividad.

¿Cómo puedo detectar rápidamente si una crema facial es «buena»?

Como ya veníamos avanzándote, el truco está en conocer los ingredientes, su función y el nivel de fiabilidad que ofrecen. También hay que tener en cuenta las condiciones de uso de la crema facial, es decir, la cantidad de producto que se aplica, la zona de exposición, a qué piel va destinada y la frecuencia de aplicación.
Las coreanas y las japonesas nos llevan mucha ventaja en este sentido, ya que cuando ven una crema facial, lo primero que hacen es leer su composición para determinar qué ingredientes pueden mejorar su estado de la piel.

Sí, así de entrada parece que hay que ser una experta en laboratorio, pero si conoces los puntos a los que debes prestar mayor atención, es fácil. Se trata de saber identificar los ingredientes beneficiosos para tu piel, como el ácido hialurónico, la vitamina C o el retinol, por poner algunos ejemplos. Estos son algunos de los muchos ingredientes que se pueden considerar realmente eficaces para la piel. Y, aunque creas que convertirán a tu posible crema facial en un privilegio al que no podrías acceder continuamente ni con una subvención, suelen ser muy baratos de producir, por lo que no deberían encarecerla.

Llegados a este punto, probablemente estés deseosa de conocer al resto de candidatos para mejorar la calidad de tu crema facial, así que no te hacemos esperar más.

Los seis conquistadores de cualquier crema facial

Entre los ingredientes cosméticos más apreciados, hay seis que son los que mejor considerados están y que aportan muchos beneficios para la piel. Por eso deberías tenerlos en cuenta y buscarlos incesablemente siempre que mires la composición de una crema facial:

  • El ácido hialurónico
  • La vitamina C
  • El colágeno
  • Los retinoides
  • Los hidroxiácidos
  • Los fosfolípidos

Que ¿por qué son tan necesarios en cualquier crema facial? Lee atenta y verás.

Ácido hialurónico

El ácido hialurónico es un humectante que atrae y retiene el agua de la piel. Es uno de los ingredientes más interesantes que existen, un hidratante natural maravilloso y el aliado perfecto para retrasar el envejecimiento cutáneo. Su característica más codiciada es la de absorber 1000 veces su peso en agua, lo que se traduce en un increíble humectante para la piel a largo plazo. Produce un efecto inmediato rellenador de arrugas debido a que sus moléculas se introducen en los surcos de la piel, capturan el agua y se hinchan.

He aquí algunas opciones que lo contienen y pueden serte muy útiles en tu día a día (y en tus noches):

Vitamina C

Seguramente la conozcas de sobra porque, como ya hemos dicho alguna vez, es la reina de las vitaminas. Es un nutriente esencial con efecto antioxidante que el cuerpo utiliza para defenderse de los radicales libres. Esto, a la hora de aplicarlo a efectos de una crema facial, quiere decir que protege la piel de los daños provocados por los factores externos. Así de fácil.

Y he aquí algunas opciones que pueden convertirse en tu ojito derecho para combatir el envejecimiento de la piel, las manchas y cualquier signo de edad que te preocupe (además de la sequedad y tantas otras cosas):

  • La crema facial de día iluminadora de Natura Siberica: tonifica y hace que recuperes la luz natural de la piel. En esta combinación la vitamina C es la encargada de acelerar los procesos de regeneración celular (lo cual deriva en una piel más joven) y mejorar también las defensas de la piel. Y por si eso es poco, tiene protección solar con factor SPF 20.
  • La crema facial fluida tonificante de Natura Siberica: ayuda a recuperar el tono y la energía natural de la piel, proporciona una intensa suavidad y deja el cutis descansado y revitalizado. Y sí, en gran parte, también es por la presencia de la vitamina C. Además, también contiene ácido hialurónico…

Colágeno

Es uno de los ingredientes más famosos en cosmética, y la razón no es que sea trate de una moda, precisamente. Aporta muchos beneficios y propiedades para la piel que, puedes estar segura, te interesa conocer.

El colágeno es la proteína más abundante del cuerpo. Es el componente principal de los tejidos conectivos, como los tendones, los ligamientos, la piel y los músculos. Es esencial para el mantenimiento y funciones de las estructuras de nuestro cuerpo. Poseer un correcto nivel de este elemento es sinónimo de resistencia, firmeza, volumen, elasticidad e hidratación en tu piel. Es más que evidente el por qué de exigirla en una crema facial, ¿verdad?

Los retinoides

Si te gusta la idea de que tu crema facial pueda contener vitaminas, colágeno o ácido hialurónico, que lleve retinoides te va a encantar.

Este tipo de compuestos, derivados de la vitamina A, centran su función en estimular la producción de colágeno y ácido hialurónico de forma natural. Es decir, que son grandes aliados para la lucha antiedad. Son liposolubles, lo cual quiere decir que se absorben a la perfección en pieles grasas, por lo que no representan una amenaza a la hora de controlar su producción sebácea.

Actúan como antioxidantes y ponen en marcha la renovación de la piel mediante la activación de la regeneración celular, haciendo que por un lado expulse cualquier sustancia que la pueda deteriorar y, por otro, se mantenga fuerte y protegida. Leyendo esto, pensarás que definirlos como un imprescindible anti-aging es exagerar, pero seguramente cambies de opinión al saber que pueden hacer lo que prometen gracias a su gran capacidad de penetración, que les permite llegar hasta las capas más profundas del estrato córneo.

¿En qué se traduce esto? En una piel suave, más luminosa, elástica, rejuvenecida y, ojo, también con un tono más unificado (porque sí, también afecta a la pigmentación de tu cutis).

Hidroxiácidos

¿Te han caído ya los 30? Pues perfecto, es momento de celebrar y también de empezar a prevenir para no tener que curar. Piensa por un momento en tu cutis: ¿ha sufrido cambios? ¿Está más apagado? ¿Se fatiga con mayor facilidad? Ya, pues que sepas que es algo normal. A medida que se cumplen años, la piel pierde la capacidad de renovarse y eso conlleva la aparición de arrugas, manchas, falta de elasticidad, pérdida de firmeza y luminosidad, entre otras cosillas tontas. Pero keep calm & sigue leyendo: parte de la solución está en los hidroxiácidos, que son moléculas hidrosolubles que ayudan a exfoliar la piel, eliminando las células muertas y produciendo una transformación epidérmica.

¿Alfa o beta?

  • AHA: alfa hidroxiácidos

Los alfa hidroxiácidos son exfoliantes naturales que retiran las células muertas que se acumulan en la capa córnea de la piel. Son solubles en agua y trabajan la parte más externa y superficial de tu cutis; tienen propiedades exfoliantes, hidratantes, antiarrugas, despigmentantes, añadiendo a todo ello que suavizan la textura de la piel y aportan luminosidad. Son capaces de proporcionar más hidratación y reactivar la renovación celular, favoreciendo la ralentización del envejecimiento cutáneo.
Se suelen recomendar para pieles con pocas afecciones (conocidas comúnmente como «normales»), secas o muy resecas que estén pigmentadas, tengan signos de edad muy marcados, aspecto áspero y apagado.
El más conocido es el ácido glicólico, que se extrae de la caña de azúcar. Aunque hay otros como el ácido láctico, el cítrico, el málico… y todo ellos realizan una acción queratolítica, es decir: trabajan sin fricción, a base de pura química con tu piel.

Es por esto mismo que su tolerancia es un tanto complicada; no son aptos para cualquier tipo de piel. Por eso te recomendamos utilizarlo en tu crema facial, sí, pero de forma progresiva y  empezando por opciones con concentraciones más bajas.

  • BHA: beta hidroxiácidos

A diferencia de los anteriores, los beta hidroxiácidos son liposolubles (vaya, que se integran mejor con las grasas) y tienen mayor facilidad de penetración. Exfolian la capa superficial de la epidermis y el interior del poro, mejorando los puntos negros e imperfecciones. Además, tienen propiedades calmantes y aportan beneficios antisépticos. Vaya, que evitan la irrupción de las irritaciones e inflamaciones. Es por eso que son perfectos para pieles grasas o acneicas y ayudan a mejorar las líneas de expresión.
El más conocido es el ácido salicílico.

Fosfolípidos

Son componentes esenciales naturales de las membranas celulares que actúan como agentes hidratantes y que refuerzan la barrera cutánea cuando se los incluye en una formulación cosmética. Se trata de un tipo de lípidos (grasas) presentes en las células vegetales que se obtienen mediante procedimientos biotecnológicos a partir de la soja. Son una fuente de Omega 3, ácido linoleico, Omega 6 y ácido oleico. Y dicho en otras palabras, aseguran una piel suave, hidratada, resistente a los cambios de ritmo y de temperatura y también a los agentes externos, con todo lo que ello conlleva (prolongar la juventud de la piel, evitar el exceso de producción sebácea, prevenir la sequedad y los signos de cansancio o envejecimiento…).

Crema facial, pero siempre acompañada de buenos hábitos

El uso de una crema facial con buenos ingredientes aporta unos resultados increíbles para la piel, sí, pero también es muy importante que no pierdas de vista tus hábitos, puesto que también juegan un papel enorme en tu apariencia exterior. Y no lo decimos por un tema de verte más guapa, sino porque, como ya hemos explicado en alguna ocasión, hacerte el bien por dentro se repercute en tu faceta exterior.

Esto es: dieta saludable, dormir 8 horas a ser posible, hacer ejercicio de forma regular y beber mucha, mucha agua.

Y recuerda… la protección solar es muy importante, incluso en los meses de frío (¿o es que acaso no sales a la calle?). Por si no lo sabías, la radiación ultravioleta es la principal responsable del envejecimiento de la piel, ¡hasta en un 80%!

Con lo cual, procura que no solo tu crema facial contenga ingredientes beneficiosos, también tu crema protectora – en la medida de lo posible – y algunos de tus productos de limpieza diaria.

Porque oye, ahora que sabes cuáles son, elegir bien ya es decisión tuya – y no hacerlo, un pecado -. Estamos seguros de que en adelante nunca te dejarás en casa la lista de requerimientos a la hora de seleccionar tu crema facial.

¿Verdad?

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