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7 pasos para revitalizar tu piel madura

piel madura

Cómo hacer que tu piel madura vuelva a florecer

Hacerse mayor tiene muchas cosas buenas, pero ninguna de ellas es «la maravillosa transformación que hace tu piel». Porque de maravillosa no tiene nada. Y de transformación tiene mucho.

Ante eso, puedes tomar dos caminos: uno, simplemente resignarte. Otro, luchar por el cutis que quieres y empezar a aplicar rutinas para la piel madura como la que te traemos a continuación.

¿De esas que te suavizan las arrugas, te despigmentan las manchas y la reafirman? De esas.

«Ah, pues yo pensaba que eran esas que te la dejan súper luminosa, fresca y protegida«. De esas también.

 

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Pasos a Seguir

1
Gel limpiador

Limpia tu piel adecuadamente

Es cierto. Cuando tienes la piel madura, parece que existen mil cosas más importantes que limpiarla, pero este es un paso que nunca debes obviar, ya sea madura con tendencia grasa, madura con tendencia seca o madura con signos tanto de sequedad como de acné.

De hecho, en este último caso es todavía más importante.

Sea como sea, no debe faltar nunca en tu neceser un gel limpiador que te acompañe cada mañana y cada noche. Es vital para retirar la suciedad que la piel va acumulando durante el día, así como la que genera ella misma durante la noche.

¿Durante la noche? Sí. Es cierto que en ese periodo de tiempo no se ensucia igual, pero sus procesos regenerativos naturales hacen que por la mañana haya grasa y otras "sustancias" que retirar. Por eso te conviene realizar una limpieza completa con la que no solo elimines los restos de maquillaje, sino que también se active un proceso regenerador que arrastra las células muertas y contribuye a mantener la piel firme y con un pH equilibrado.

Presten atención, señoritas: por si no había quedado claro, este paso es básico e imprescindible para cualquier piel.

Su minuto de gloria es: por la noche y por la mañana.

2
Tónico

Aplica un tónico para restaurar

Cuando haces la limpieza, sea en una piel madura o no, estás arrastrando absolutamente todo lo que no pertenece al estrato córneo. Es decir, cualquier sustancia de las mencionadas en el paso anterior.

Si bien hacerlo es necesario para su bienestar, también debes ser fiel incondicionalmente a este paso: la aplicación del tónico.

¿Por qué? Pues porque, en primer lugar, ayuda a calmar y hacer una primera re-hidratación sin engrasar ni dejar sensación de pesadez. De hecho, es muy refrescante y, por lo general, su absorción es rápida. Todo eso significa que contribuye de forma activa a restablecer el equilibrio hidrolipídico más rápido - muy necesario en cualquier piel madura - y que lleva a cabo una remineralización de la piel.

También favorece mucho la absorción de los principios activos del producto que coloques después, actuando así como una especie de imán para las propiedades del sérum o crema hidratante. Esto se debe, en esencia, a que su composición le convierte en la mejor opción para aplicar sobre la piel justo después de la limpieza, porque es la que mejor asimila la epidermis debido a que sus células son grandes amantes del agua, y adivina: ¿de qué está formado el tónico en su mayoría? Pues eso.

Aunque no siempre se mencione, llevar a cabo regularmente este pequeño gesto resulta de gran ayuda para una piel madura, independientemente de su tendencia, porque es muy útil para prevenir y mitigar los signos de envejecimiento, así como a contribuir a mantener un buen pH.

Quédate con esto: el único requisito que debe cumplir tu rostro para necesitar este paso es que tenga la piel madura. Y ni eso, porque es interesante absolutamente para cualquier tipo de cutis.

Su minuto de gloria es: siempre, siempre, siempre después de realizar un proceso de limpieza (ya sea el que haces a diario o bien una exfoliación semanal).

 

3
Aceite

Date aceite para regenerar

Una vez que has limpiado y has empezado a acondicionar tu cutis, es momento de iniciar el proceso de hidratación de verdad. Que no es que antes fuese ninguna broma, pero aquí ya empiezas a crear una buena base para que tu piel madura deje de mostrar signos de envejecimiento.

¿Cómo? Aplicando un aceite facial que, literalmente, lleve a cabo la función de regenerar.

Y ¿para qué voy a hacer esto si puedo poner una crema o una mascarilla? Te preguntarás. Pues porque no es lo mismo. Los aceites mantienen una concentración de principios activos y propiedades beneficiosas mucho más elevada que otros formatos, debido a su formulación.

Además, tienen la capacidad de acelerar el proceso de renovación de la piel en poco tiempo, lo cual desencadena una ralentización del envejecimiento cutáneo y reduce, a más velocidad, sus signos visibles.

Don't forget: puede que te haga dudar por el tipo de producto que es, pero te aseguramos que puedes aplicarlo sea como sea tu piel. Que sí, que sí, incluso si es grasa. Pero en ese caso hazlo mejor por la noche (deja el cutis reluciente). Y casi que si lo haces cuando el tónico todavía esté un poco húmedo, mejor; favorecerás la penetración del producto en la piel.

Su minuto de gloria es: después del tónico y/o antes de la crema hidratante.

4
Contorno de ojos

Envuelve tu mirada con el contorno de ojos

Dicen que los ojos son el espejo del alma, y nosotros añadimos: del cansancio, de la fatiga, del mal descanso, de las horas bajas, de envejecimiento cutáneo...

Vamos, que sabes que tienes piel madura cuando empiezas a verte las patitas de gallo, las ojeras atemporales y alguna que otra arruga desperdigada (que luego resulta que no está tan desperdigada).

Por eso, por mucha pereza que pueda dar, el contorno de ojos es más que necesario.

Es tan básico como el respirar por la dosis de agua que proporciona, gracias a la cual consigue mantener la elasticidad, que es súper importante para prevenir la aparición de signos de la edad en la zona. Y sí, necesita de tu colaboración para que su efecto se note más, pero por sí solo también trabaja bastante bien. Fíjate: con su aplicación diaria (entre una y dos veces) puedes conseguir alisar la piel de la zona y rellenar las arrugas, relajar y refrescar la mirada y reducir la profundidad de tus ojeras.

Seguramente te estés preguntando: "¿Y para todo eso no me vale con mi crema facial antiedad?"

Pues no. Porque la piel de tu contorno es mucho más fina y más sensible que la del resto del rostro (incluso si esa también es sensible). Eso significa que sufre mayor deshidratación, flacidez y suele hincharse con mayor facilidad que la del resto del rostro. Por eso requiere de un nivel distinto de hidratación y de tratamiento.

Su minuto de gloria es: después del tónico o del aceite.

5
Crema protectora envejecimiento

Masajéate con la crema facial

Probablemente lleves un rato pensado que, si por ti fuera, ya te habrías puesto la crema hidratante hace cuatro pasos. Pero, cuando tengas todos los productos en tus manos y los hayas sentido en tu piel, entenderás por qué no podías obviarlos y agradecerás enormemente no haberlo hecho.

Este es el momento en el que cierras el círculo y potencias todos los beneficios del tónico y del aceite, y viceversa: porque ellos han preparado la base perfecta para que tu piel absorba la crema hidratante y todos sus principios activos.

Ahora bien, por mucho que hablemos de piel madura, no todos los cutis son iguales. Por ejemplo: no es lo mismo el envejecimiento cutáneo cuando tienes 40 o 50 años, con arrugas o manchas, que cuando tienes la misma edad pero de lo que más sufres, con diferencia, es de flacidez.

En el primer caso te interesa más optar por una crema hidratante de amplio espectro, porque tiene la capacidad de abarcar todas las imperfecciones de la piel, corregirlas progresivamente y protegerla de su pronto deterioro. Es más, este tipo de producto también te interesa aunque no hayas cumplido los cuarenta pero ya empiezas a encontrar hiperpigmentación en tu piel: ya sabes lo que dicen, mejor prevenir.

En el segundo caso es primordial que te centres en una crema facial cuya función por encima de todo sea, además de alisar la piel y prevenirla del envejecimiento cutáneo, la tonificación y la estimulación de la regeneración celular, para contribuir a que sea tu propia epidermis la que promueva su rejuvenecimiento.

El cómo también importa: cuando hablamos de pieles maduras, con signos de edad y flacidez, hay que tener en cuenta la forma de aplicación. Nunca pases por alto el masaje facial y nunca lo hagas en sentido descendente; siempre de abajo hacia arriba para promover la tersura.

Su minuto de gloria es: después del tónico o el aceite. Y por las dudas: es simultáneo a la aplicación del contorno de ojos, pero no deben solaparse (vaya, que cada cual tiene su zona de rostro).

6
Rellenador arrugas

Rellena tus arrugas como toca

Es decir, con el rellenador de arrugas correspondiente.

Antes de que nos digas que esta rutina se te está haciendo larga, vamos a dejar claro que este paso no es imprescindible. Pero nosotros no queremos dejar de recomendártelo para ayudarte a encontrar una opción efectiva si lo que quieres es:

  • Reforzar la hidratación de la piel, sea del tipo que sea
  • Profundizar en las partes más internas del estrato córneo
  • Prevenir la aparición de nuevas arrugas
  • Conseguir un extra de firmeza y elasticidad
  • Unificar el tono de la piel

Utilizar un rellenador te ayudará a combatir mejor la presencia de las arrugas y reducir su nivel de incisión en tu piel, además de todo lo que te acabamos de mencionar. Esto no quiere decir que sin él no puedas conseguir resultados, ojo. Simplemente será como esas patatas de guarnición sin las que el plato que te ibas a comer no tenía la misma gracia, ¿sabes?

Vaya, que acelera el proceso y consigue unos efectos más notorios y duraderos.

Si decides aplicarlo, que sepas que no importa cuándo lo hagas sino cómo: con la piel limpia, siempre.

Su minuto de gloria es: cuando te apetezca.

7
Exfoliante

Una exfoliación a la semana...

Nunca la dejes para mañana. Porque nunca lo harás y así se te pasarán los días y las semanas.

El proceso de exfoliación se debe hacer, lo primero de todo, con un buen exfoliante. Y lo segundo, en el momento adecuado.

Es decir: cuando sepas que no vas a salir de casa y siempre después de haberte limpiado la piel. ¿Por qué? Pues porque es un procedimiento al que podríamos denominar "de alta intensidad" para tu piel y no es recomendable que le dé el sol o se exponga a factores externos después de haberlo llevado a cabo (a menos que antes de salir hagas tu rutina de hidratación, crema incluida, y apliques tu buen protector solar, claro).

Dicho esto: la exfoliación en una piel madura es vital para recordarle a tu cutis que nunca debe dejar de renovarse. Porque con el tiempo ese es un hábito que, igual que a ti te ocurre con otros, le va costando un poquito más. Por eso hay que incentivarlo y ayudarle, además, a expulsar todas las células muertas y estimular la producción natural de colágeno (que, por si no lo sabías, es el encargado de mantener la elasticidad).

Todo eso por no mencionar que, una vez más, al terminar este paso tu piel se mostrará mucho más receptiva con el resto de principios activos que reciba y será capaz de aprovecharlos mejor, dado que no habrá ninguna barrera que impida su absorción.

Precaución, amiga de piel madura: el exfoliante que te estamos recomendando no es 100% afín a tu piel si esta sufre acné (para eso tenemos otras rutinas). Y si es sensible trabájalo con cuidado: solo donde sufras menor sensibilidad y dejándolo en exposición, es decir, sin frotar.

Su minuto de gloria es: el día de la semana que tú escojas (o días, incluso, pueden ser dos).

marta espada noria

En resumidas cuentas

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